lunes, 8 de diciembre de 2008

ENTRE LA DOCENCIA Y MI PROFESIÓN

ENTRE LA DOCENCIA Y MI PROFESIÓN
Originalmente estudié Licenciado en Derecho con la romántica idea de luchar como un Quijote en busca de la libertad; pronto me di cuenta, al iniciar mi servicio como defensor de oficio, de que se trataba la impartición de la justicia en México y sufrí una gran decepción, por ello me regrese a mi ciudad natal, Poza Rica y les comuniqué a mis padres que me había equivocado y que por lo tanto quería estudiar otra carrera pues sólo tenía veinte años. Mis padres accedieron pues siempre me había gustado estudiar y aprender cosas nuevas.
Mientras me tomaba un tiempo de descanso, llegó mi mejor amiga a mi casa preguntándome si no quería dar clase en un plantel que se había fundado en Poza Rica, se llamaba CECyT y estaban solicitando maestros; lo primero que le dije fue que la paciencia no era mi principal cualidad y que nunca fue mi sueño ser profesor.
Sin mi consentimiento ella llevó una solicitud de empleo a la escuela; al otro día recibí una llamada de una persona que había sido mi profesor de griego y latín en la preparatoria y me recordaba como la única alumna del bachillerato que aprendió a amar dos lenguas muertas al igual que él, en tanto que mis compañeros morían de aburrimiento “velando muertos” (decían ellos).
Tal vez por ello, me recordaba con agrado y en cuento vio mi solicitud me llamó diciéndome que era aceptada mi solicitud y que me presentará al otro día. A regañadientes fui a la escuela y para no hacer quedar mal a mi compañera aceptar dar unas horas de clase por un semestre con la materia Problemas Económicos de México.
El aula y aquellos alumnos que recibían con benevolencia a una muchachita que sólo les llevaba tres años hicieron que me transformara internamente, que cambiara mis sueños y me enamorara de la profesión. Llegué por dos meses y ya llevo 31 años y todavía no me quiero ir de este trabajo tan divertido y tan gratificante..
Ser profesor es lo mejor que me ha podido pasar, he tenido tantas vivencias, los alumnos me han enseñado a valorar la vida, pues aún cuando hay algunos que la vida les ha negado casi todos, se presentan sonrientes y agradecidos a la clase. Si ellos que carecen de tantas cosas son tan felices y están tan en paz con la vida porque no había de estarlo yo que he sido bendecida con una familia hermosa que me llena de amor y se solidariza conmigo en todas las aventuras que inicio, tengo un trabajo que es sumamente divertido y me pagan por divertirme y lo que es mejor, tengo un trabajo tan importante como es el de ayudar a construir sueños. Que afortunados somos los profesores ¿o no?.
La mayoría de la gente piensa que tratar con adolescentes es difícil, sin embargo no estoy de acuerdo con eso; entramos en su vida en un momento fundamental, cuando ellos tienen que decidir lo que quieren ser y a lo que quieren dedicarse toda su vida. Lo único que hay que hacer es ponerse en el lugar de ellos ,la confusión y la rebeldía son parte de la construcción de su identidad, pero están llenos de inquietudes y preguntas y ese es el mejor momento para realizar nuestra labor. En la educación media superior trata una con jóvenes que ya están transitando hacia el futuro, que suerte poder acompañarlos. Los contenidos de las asignaturas son interesantes y ellos se encuentran en un nivel de comprensión en que nos es posible compartir, enseñar y aprender al mismo tiempo.
Motivos de satisfacción que me ha dado esta noble profesión son innumerables: desde invitaciones a sus casas a partir su pastel de cumpleaños , compartir conmigo sus más íntimos sentimientos, traer a sus hijos a mi aula con el gusto de que todavía esté yo para dar clase a sus hijos ( mis alumnos de hace veinte o treinta años), hasta el primer lugar en el concurso nacional de humanidades, pasando por dos quintos lugares, un cuarto, sexto,séptimo y octavo. Además con todos esos alumnos que fueron concursantes guardo una estrecha relación y comparto con ellos sus constantes triunfos a los que siempre soy la invitada de honor. Por otra parte di a luz tres hijos pero tengo muchos más pues cada diez de mayo recibo llamadas de muchas partes de la República y cuando me llegan a encontrar después de muchos años, me abrazan con cariño diciéndome que nunca me olvidaron y les enseñé a ver el mundo desde otra perspectiva.
Un tomo no me bastaría para comentar todas las satisfacciones que esta profesión me ha dado, sólo puedo decirles que estoy agradecida con la vida por haberme puesto en este lugar.
¿Insatisfacciones? Si tengo: el no haber podido penetrar en el alma de algunos de ellos para ayudarlos a cambiar el rumbo cuando veía con tristeza como se destruían a si mismos. El no haber podido hacer más por ellos y encontrármelos ahora fracasados y destruidos; estuvieron n mi aula, eran mi responsabilidad y nunca me pude comunicar con ellos.
Como afirma Esteve, desgraciadamente he aprendido a ser docente por ensayo y error y eso es grave, pues mis errores han podido incidir en la vida de otros. También estoy totalmente de acuerdo con él cuando afirma que muchos podrán considerar que los profesores somos fracasados y llegamos aquí porque no encontramos trabajo en otro lado, es la gente que piensa que triunfar es tener dinero, visto de ese modo como profesores nunca seremos ricos en bienes materiales, pero triunfadores sí lo somos pues hacemos lo que nos gusta, nos pagan por ello, nuestra vida siempre tiene sentido y hemos encontrado la felicidad.

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